Los secretos para una buena práctica del running (1)

La práctica del running está experimentando en los últimos años una considerable expansión y difusión en nuestra sociedad, en gran medida por su capacidad de adaptación a los hábitos de vida actuales, ya que no está restringido a horarios, como ocurre en el caso de los gimnasios, y además, en principio, solamente se necesitan unas zapatillas adecuadas y una cierta dosis de fuerza de voluntad.

Pero a pesar de esta aparente sencillez asociada a la práctica de este deporte, es más que aconsejable tomar en consideración una serie de consejos que permitan garantizar su desempeño de una forma correcta, evitando la aparición de posibles lesiones o dudas.

En este sentido, tanto hoy como en una próxima entrada, te ofrecemos un resumen de las principales recomendaciones aportadas por distintas fuentes expertas en este ámbito:

Perseverancia: si has comenzado recientemente a practicar running, o te estás planteando comenzar a hacerlo, debes ser consciente de que nuestro organismo necesita un periodo de adaptación gradual para el desarrollo de este deporte, principalmente debido a su carácter de ejercicio integral. Este aspecto explica que, durante las primeras sesiones, no nos sintamos cómodos corriendo, si bien esta sensación se irá perdiendo a medida que vaya incrementándose nuestra tonificación muscular.

Paciencia: no es posible pretender pasar de unos hábitos de vida sedentarios a practicar este deporte a un nivel de competición en cuestión de semanas. Dicho de otro modo, no debemos tomarnos el running como una forma de recuperar el tiempo perdido, sino como una vía más para adquirir paulatinamente unos hábitos de vida saludables. Por ello, es fundamental comenzar poco a poco, sin someter a nuestro cuerpo a sobreesfuerzos innecesarios, consiguiendo pequeños avances pero de una forma constante. En este sentido, puede ser de gran utilidad lo expuesto en “Tus primeros pasos en la práctica del running”, publicado recientemente en este blog.

Implicación: el running no puede considerarse como una solución mágica para alcanzar una buena condición física, ya que para conseguir efectos visibles es fundamental que esté acompañado de otros hábitos de vida saludables, como una dieta equilibrada o el respeto de un número mínimo de horas de sueño. Solo así se podrán empezar a obtener los resultados deseados, facilitando además un progreso más rápido en la práctica de este deporte.