Llega la hora de la verdad para la ÑBA
Se acabo la espera. Este sábado comienza el Eurobasket 2015 que, como comentamos hace unas semanas, se disputará hasta el próximo 20 de septiembre de forma conjunta en Alemania, Croacia, Letonia y Francia, que se ofrecieron a sustituir a Ucrania como organizadora del evento, debido a la inestabilidad política en la que está sumido dicho país desde 2013.
El combinado nacional se encuentra desde el pasado miércoles en Berlín, su sede para los encuentros correspondientes a la Primera Fase, concretamente en el Mercedes Benz Arena, donde deberá superar, por este orden, a las selecciones de Serbia, vigente subcampeona del mundo, Turquía, Italia, Islandia y a la anfitriona de este grupo, Alemania, donde el objetivo no estará solo en pasar de ronda sino además en garantizar los mejores cruces en octavos y cuartos de final.
Tras el inesperado varapalo sufrido en casa en la Copa del Mundo 2014, la salida de Juan Antonio Orenga y la llegada de Sergio Scariolo, no caben excusas para recuperar una posición de privilegio dentro del baloncesto europeo, que además debe servir para la clasificación directa para los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016.
Ni las bajas de Marc Gasol, Juan Carlos Navarro, Ricky Rubio, José Manuel Calderón y Alex Abrines, así como la de Serge Ibaka por decisión técnica, ni la entidad de los rivales deben hacer temblar a una selección que respira baloncesto por los cuatro costados y en la que no cabe lugar para la autocomplacencia después de la bofetada de realidad sufrida el año pasado.
Un equipo en el que comparten camiseta Sergio Rodríguez, Sergio Llull, Rudy Fernández, Felipe Reyes, Nikola Mirotic y un tal Pau Gasol está obligado, forzosamente, a aspirar a todo allá donde compita, y aún más si se complementa unos veteranos que tienen que dar su salto definitivo, como Fernando San Emeterio y Víctor Claver, y una nueva generación, formada por Guillermo Hernangómez, Pau Rivas, Guillem Vives y el granadino Pablo Aguilar, que está llamando a la puerta cada vez con más fuerza.
Nadie dijo que fuera fácil, pero España ya ha demostrado en muchas otras ocasiones que, cuando el balón se pone en juego, las dudas y el miedo se quedan en el banquillo.
¡Hagan juego señores!
