La evolución del running a través de sus zapatillas
La evolución en las zapatillas para correr es evidente. Hace unos 10 años (y quizás nos hayamos ido demasiado lejos), no nos hubiéramos planteado si comprar unas zapatillas especiales para pronación o supinación, la forma de agarre, el tipo de suela, o ese millón de características que miramos hoy por hoy para nuestras zapatillas de running, y que se han convertido en un imprescindible para poder realizar la actividad de forma adecuada.
Al correr utilizamos más de 57 músculos del pie, por lo que era más que necesario que las zapatillas fueran cambiando y es motivo por lo que lo siguen haciendo.
Aunque no te lo parezca, hay anécdotas bastante interesantes y curiosas que rodean la evolución de nuestras amadas zapatillas. Por ejemplo, el sistema de amortiguación por aire fue inventado por un ingeniero espacial en su garaje hace 30 años. Las primeras zapatillas Nike, fueron creadas usando una máquina de hacer tortitas por un entrenador de atletismo y uno de sus atletas, que buscaban crear una nueva suela de goma y no les fue muy mal.
Pero vayamos por partes...
Podríamos decir que las primeras zapatillas diseñadas especialmente para correr fueron creadas en la década de 1920. Eran unas zapatillas completamente hechas a mano, increíblemente resistentes pero excesivamente pesadas y poco transpirables. Aún así, con una de estas zapatillas creadas por Adidas, se consiguió el oro en los 800m femenino en las Olimpiadas de Ámsterdam.
En la década de 1930, las zapatillas diseñadas para pista, contaban con clavos.
Una década después, ya en 1940, pasaron a ser planas, algo más ligeras y seguían siendo muy resistentes, pero no tenían muchos refuerzos.
Las nuevas zapatillas en 1950 podían intercambiar los clavos. En esta época las zapatillas simplemente sufrían unos pequeños retoques.
Ya en 1960 empezó a notarse un cambio significativo. Empezó a usarse distintos tipos de piel, como piel de canguro, y tuvo mayor protagonismo los colores e innovar en cuanto a materiales de suela. Esto hizo que el peso disminuyera significativamente y que fueran mucho más cómodas.
En la década siguiente, se introduce la amortiguación artificial. Son zapatillas muy vistosas pero bastante menos duraderas.
A partir de los '80 las zapatillas comienzan a ser un complemento muy importante del día a día, ya no solo para deportistas profesionales, y es cuando a finales de los '90 empieza a hacerse popular la figura del corredor y se desata la locura con cada vez son más inversiones en I+D para este campo.
Hemos pasado por todo tipo de modas y diseños: amortiguación, minimalismo, maximalismo, zapatillas creadas por impresión 3D, dispositivos electrónicos integrados…
La tecnología avanza a pasos agigantados. No puedes perderte ni un segundo porque tus zapatillas pueden quedarse anticuadas antes de gastar lo bastante la suela, así que debes estar pendiente a las innovaciones para ir al día y como siempre… ¡a correr!