La cara amarga del running

08/03/2024
08/03/2024

Los beneficios del running seguro que ya los conoces más que de sobra: un deporte asequible, apto para cualquier edad y para casi cualquier condición física. El deporte perfecto.

Sin embargo, como pasa con todos los deportes, y con casi todo en general, también puede llegar a tener una cara negativa, y tu deber como runner es conocerla para poder evitarla en la medida de los posible.

Nos referimos a algunos efectos adversos que puede acarrear este deporte. De hecho, en alguna ocasión ya te hemos hecho hincapié en alguno de ellos, pero tanto si te perdiste alguna recomendación como si no, hoy queremos darte un pequeño recordatorio para que nunca se te olvide.

Uno de los riesgos más comunes a los que te enfrentas como corredor es la fascitis plantar. Normalmente ésta es causada por no llevar un calzado adecuado. Generalmente el primer y más destacado síntoma es dolor en el talón. Alrededor del 10% de las lesiones en corredores se debe a esta patología, así que presta atención a tus pies y sobre todo esfuérzate por encontrar las zapatillas perfectas para ti.

Los tendones también pueden llegar a sufrir mucho cuando se practica running, y es que a pesar de ser una actividad muy sana no hay que pasarse de rosca. Ten presente que el movimiento es algo agresivao para tu anatomía, ya que básicamente es ir sacudiendo el cuerpo contra el suelo durante un periodo elevado de tiempo, todo esto dando por hecho que los músculos podrán amortiguar cada golpe protegiendo tus huesos y articulaciones. Pero si el esfuerzo es demasiado elevado, este magnífico sistema de protección puede fallar.

Si además sufres de sobrepeso este problema se puede intensificar. Generalmente el mayor problema lo sufre la rodilla, que puede llegar a sufrir artrosis por sobrecarga.

También el exceso puede provocar el estiramiento del ligamento de Cooper en la mama, lo que se traduce en una flacidez prematura de esta zona. En el caso de las mujeres lo ideal es usar un sujetador específico para deporte para evitar este lesión.

El suelo pélvico también puede sufrir las consecuencia de no practicar el running con moderación. Puede llevar a disminuir el tono, la fuerza y la flexibilidad de esta zona derivando en una incontinencia urinaria. Para prevenirlo siempre puedes tirar de fisioterapia y de ejercicios hipopresivos.

Y por último, algo que suele tomarse a la ligera pero que puede tener consecuencias bastante graves, es la runnorexia. Esta patología psicológica hace que el corredor pierda la perspectiva del rol del ejercicio físico en su vida, llegando a sufrir este síndrome de abstinencia. Normalmente lleva consigo creencias irracionales y baja autoestima.

Puede que creas que todo esto es bastante descabellado y que a ti no te va a pasar, pero presta atención, entrena bien y en su justa medida, porque padecer alguna de estas patologías no es tan raro como puede parecer.

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