Tú eres tu principal rival y tú mejor aliado
Cuando decides comenzar a practicar un deporte, tanto running como cualquier otro, tienes que ser consciente de que se te presenta un reto, debes de ser constante y paciente.
Un gran error que todos hemos cometido alguna vez es centrarnos solo en el aspecto físico. Es cierto que entrenar adecuadamente, elegir una actividad que se ajuste a las necesidades de cada uno y llevar un buena alimentación son fundamentales a la hora de cambiar de estilo de vida, pero de lo que no solemos ser conscientes es de la importancia de nosotros mismos.
La forma de pensar de un deportista influye directamente en su rendimiento. No debes de tomarte el cambio como una obligación, sino como una transición para mejorar tu calidad de vida.
Puede que esto te suene muy a tópico, pero no deja de ser cierto. Si te obsesionas con fracasar, lo más probable es que acabes haciéndolo o que te rindas porque no disfrutes del proceso. Recuerda que no debes de tomar una derrota como un fracaso, puede que no consigas tus objetivos a la primera, pero eso no quiere decir que no vayas a lograrlos nunca.
La concentración es vital para poder tener un buen rendimiento, céntrate en lo que vas a hacer y olvídate de todo lo demás. Avanzarás mucho más deprisa y te servirá para desconectar del día a día.
El estado psicológico es determinante para poder llegar a la meta que deseas, tanto para bien como para mal. Tú eres tu mejor o peor versión.
Si nos centramos en el running, muchos corredores te dirán que es una terapia muy efectiva para despejarse y liberar tensiones, algo que no es mentira, pero lo cierto es que es un deporte que requiere una alta predisposición y exigencia física, lo que también significa que requiere un alto porcentaje de fortaleza mental, por lo que también es un aspecto importante a trabajar, es más, podría decirse que es determinante.
Debes intentar estar relajado, tranquilo y con una sensación de calma durante la carrera. Ser optimista y positivo hará que consigas un sensación de diversión y placer que probablemente sea lo que termine enganchándote a este deporte.
Recuerda, mens sana in corpore sano.