Running y corazón, ¿por dónde debemos empezar?

Si existe una cuestión en la que tanto los profesionales sanitarios como los deportistas más veteranos están completamente de acuerdo es que tan importante es practicar deporte para la salud como conocer previamente el estado de tu cuerpo para evitar cualquier tipo de lesión.

El gran auge del running está muy bien, el interés por la vida sana y por cuidarse, las ganas de hacer deporte y de superarse… pero, ¿a qué precio? Esto es algo que preocupa mucho, ya que muchos deportistas aficionados se ponen objetivos excesivamente ambiciosos en tiempo demasiado breves sin previamente haber comprobado si su cuerpo va a poder soportarlo.

Puede que te parezca algo exagerado, pero la mejor manera de estar preparado y de poder organizar un entrenamiento totalmente a medida es acudir a un médico deportivo. Con una prueba de esfuerzo y los análisis pertinentes podrás obtener una gran cantidad de información.

Lo primero que conocerás es si puedes o no comenzar a practicar running y, en base a ello y si la respuesta es positiva, podrás elaborar un plan de rendimiento especialmente diseñado para ti.

Sabrás hasta que pulsaciones puedes llegar para no sobrepasar la frecuencia cardíaca máxima. Es cierto que esto puede calcularse con la conocida fórmula (220 latidos – edad), pero el sexo y las características individuales también influyen.

Con los resultados también podrás conocer tus puntos débiles, y así mejorar las capacidades que realmente más lo necesiten.

En resumidas cuentas, una prueba de esfuerzo mide los cambios eléctricos que se producen en el corazón cuando se realiza ejercicio. Es realmente importante realizar esta prueba, porque aunque te hagas chequeos periódicos esta prueba permite conocer como reacciona el corazón cuando tiene que hacer un esfuerzo mayor que el que hace habitualmente, así podrás evitar sufrir lesiones o anomalías que, de estar en reposo, no se presentarían.

Una vez conocidos todos estos datos sabrás hasta dónde puedes llegar, cuánto puedes forzar y, aproximadamente, con qué frecuencia puedes ir avanzando. Como te anticipábamos al comenzar el artículo, corre pero sabiendo cómo, cuánto y hasta dónde.

De forma periódica, los materiales en el mundo del running evolucionan, facilitando y permitiendo realizar el mismo desarrollo en el entreno pero con menor esfuerzo.