Running, ¿con o sin música?
Los auriculares a la hora de nuestro entrenamiento se han vuelto casi tan indispensables como las zapatillas, y es que la música nos motiva, nos entretiene y nos ayuda a mantener un ritmo constante o incluso a ir cambiándolo sin que a penas nos demos cuenta.
Sin embargo, la idea de combinar entrenamientos con música con entrenamientos sin ella no es una idea para nada mala, a pesar de que en estos momentos te parezca imposible correr sin tu banda sonora favorita. Pero presta atención a los beneficios de dejarla en casa y verás que hacerlo de vez en cuando no te va a venir nada mal.
La primera característica que debes tener en cuenta es tu propia seguridad. Si te gusta correr por la ciudad, o es una ruta que haces cada cierto tiempo para cambiar de aires, es mejor que tu audición preste atención a los sonidos ambientes más que a cualquier playlist. Ir escuchando música impide que puedas escuchar cualquier aviso de un “obstáculo” que se cruce en tu camino, y eso puede acarrearte un buen disgusto, así que si vas a correr por zonas que necesiten especial atención, mejor hazlo sin cascos.
En la mayoría de las ocasiones la música nos sirve para evadirnos y dejar de pensar por un rato. Sin embargo, hay días que es mejor reflexionar sobre todo lo que te ha pasado y el entrenamiento es un momento perfecto para ello. Como sabes, correr libera endorfinas y éstas hacen que tu mente se encuentre más despejada para pensar de una forma más fluida y tomar mejores decisiones.
No estaría mal que un día a la semana dejaras tu música en casa y salieras a corres con un amigo. Socializarás y además controlarás el ritmo de carrera. ¿El idóneo? Aquel que te permita mantener una conversación, si te ahogas hablando será mejor que vayas algo más despacio.
Son pequeños detalles pero que harán que te sientas mejor si los tienes en cuenta alguna que otra vez. Eso si, no estamos intentando convencerte de que dejes de escuchar música mientras corres, sino que pruebes a llevar a cabo algún entreno sin ella.