Recomendaciones para la práctica de running sobre arena

08/03/2024
08/03/2024

El aumento de las temperaturas experimentado en los últimos días, así como la proximidad de las vacaciones estivales de una gran parte de la población, en las que muchos de vosotros os desplazareis a destinos de playa habituales u ocasionales, nos sirve de justificación para que en este post nos planteemos una reflexión sobre la idoneidad o no de llevar a cabo nuestra rutina de entrenamiento de running sobre arena, dadas las especiales características de esta superficie.

Lógicamente, este artículo está orientado también a todas aquellas personas que residen habitualmente en zonas costeras y que, durante el resto del año, cuentan con la posibilidad de elegir entre la práctica del running en su núcleo urbano o en las áreas de litoral próximas a este.

Como se ha comentado en anteriores entradas del blog, en las que ya se trató de forma genérica este tema, el desarrollo del running sobre arena reduce considerablemente el impacto sobre las articulaciones y, por ello, es considerado por personas expertas en entrenamiento deportivo como una muy buena medida para la recuperación de diversas lesiones articulares, así como para mejorar nuestra fuerza y resistencia en carrera.

Cuando entrenamos en arena trabajamos más exhaustivamente la fuerza de nuestras piernas y, de forma específica, la potencia de nuestra zancada o la flexibilidad de los tobillos.

No obstante, es muy aconsejable tener en cuenta una serie de recomendaciones en caso de que consideres esta posibilidad:

  • La arena es una superficie con mayor aptitud para personas experimentadas, no para runners ocasionales, ya que suele tener un carácter inestable que, además, ofrece una mayor resistencia a nuestro tren inferior.
  • Si bien la práctica del running sobre arena suele aconsejarse para la recuperación de lesiones articulares, no es conveniente para aquellas personas que tengan lesiones de espalda o en la zona lumbar, dado el sobreesfuerzo provocado en estas zonas por la necesidad de una mayor tracción y esfuerzo.
  • Es preferible que la práctica del running sobre esta superficie se desarrolle con un calzado adecuado, no descalzos, con objeto de proporcionar una mayor seguridad en la pisada, evitando además la posibilidad de que se produzcan heridas en la planta del pie.
  • Te recomendamos que, cuando practiques running en una playa, lo hagas por la parte alta, es decir, por aquella zona que no se encuentre en contacto con el mar, ya que ahí el terreno tendrá una menor inclinación y evitaremos la aparición de sobrecargas musculares en espalda o cadera, por una postura incorrecta del cuerpo.
  • No es aconsejable intentar mantener la misma técnica de carrera que desplegamos en otras superficies. Debemos ser conscientes de que en arena nuestro proceso de carrera será más lento y que deberemos procurar levantar más las rodillas en la zancada y mantener una posición correcta acompañada de un buen braceo.
  • Asimismo, es preferible que este entrenamiento se centre en rutinas más cortas, no tomando como referencia las distancias con las que solemos trabajar en otras superficies más duras.
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