Puesta a punto para empezar tu entrenamiento

Si no eres tú lo más probable es que conozcas a alguien que se ha llevado todo el verano diciendo que en septiembre empezaría a correr y hoy, a día 11, ni siquiera ha hecho el intento.

Posponer las cosas a veces es inevitable, pero cuando el “mañana lo hago” se convierte en la frase del día necesitas coger las riendas, ponerte firme y enterrarla para siempre. Y como sabemos que decirlo es mucho más fácil que hacerlo hoy queremos darte a ti, o a tu vago amigo, unos consejos para que vayas cogiendo ritmo poco a poco y que cuando te des cuenta seas incapaz de parar.

Si la mayor parte de tu vida ha sido sedentaria, lo ideal que deberías hacer en primer lugar es un chequeo general. Simplemente se trata de una prueba de esfuerzo para comprobar que tu cuerpo y tu corazón están completamente sanos. No es una prueba complicada, no te llevará tiempo y puede prevenir futuras posibles complicaciones.

No lo hagas solo. Cuando decides hacer ejercicio con alguien siempre uno de los dos tira del otro cuando no aparecen las ganas por ninguna parte. Es cierto que una vez que te enganchas, correr solo es uno de los mayores placeres de la vida por la capacidad de abstraerse del resto del mundo, pero empezar solo no es tan bonito. Así que busca a alguien que también se haya puesto el objetivo de ponerse en forma y contar kilómetros.

Vale, puede que de la casualidad de que el running esté súper de moda, que todo el mundo corra, y que no encuentres un compañero dispuesto a seguir tus pasos, bien porque ya tiene un nivel o porque no le interesa empezar. Pero eso no es excusa para tirar la toalla. Existen cientos de grupos de corredores, independientes e incluso formados dentro de los gimnasios, que tienen distintos niveles y donde podrán orientarte, así que tener que correr solo no te va a servir de excusa.

Se realista. Ponerte metas imposibles no te va a ayudar. Disfruta de tu propio ritmo sin convertirlo en un sufrimiento y verás como poco a poco vas cogiendo forma, resistencia y vas aumentando el aguante y la velocidad. Como solía decirse “despacito y con buena letra”. Crea un buen plan de entrenamiento (si optas por un club esto será más fácil) y alterna el running con otro tipo de actividades y con días de descanso.

Como te hemos repetido hasta la saciedad, elige bien tus zapatillas. La actitud, el plan de entrenamiento y el estilo de vida puede irse al traste si unas zapatillas que no son adecuadas para ti y te destrozan los pies.

No es tan difícil y estamos convencidos de que te alegrarás muchísimo de convertir el running en hábito, así que mentalízate y ponte manos a la obra.