La alimentación y su poder para evitar lesiones

08/03/2024
08/03/2024

Los alimentos, al igual que el calentamiento previo y la tonificación muscular, también tienen un protagonismo esencial en nuestra rutina de entrenamiento adecuado, posibilitando la reducción del riesgo de lesiones asociadas al desarrollo de un ejercicio físico continuado.

Es preciso ser conscientes de que el running constituye una de las prácticas deportivas que lleva aparejado un mayor consumo de calorías, lo que hace más que necesario que esté acompañado de una dieta completa y equilibrada que proporcione la energía suficiente para que podamos rendir al máximo.

Cada uno de los distintos grupos de alimentos tiene una función específica, por lo que es conveniente su combinación dentro de cada una de las ingestas diarias. En este sentido, los alimentos más adecuados para la prevención de lesiones son los siguientes:

Frutas y verduras frescas: constituyen una fuente básica de vitaminas y minerales, fundamentales para el desarrollo óptimo de todos los procesos que se desarrollan en nuestro organismo.

La existencia de niveles bajos de alguno de estos nutrientes pueden provocar lesiones, como en el caso de los calambres musculares, asociados a la falta de potasio o magnesio.

Es muy recomendable la ingestión diaria de frutas y, sobre todo, verduras crudas, ya que al cocinarse pueden perder la mayoría de sus propiedades vitamínicas.

Proteínas: tienen un protagonismo esencial durante el desarrollo de la carrera y tras el entrenamiento, ya que nuestra musculatura está compuesta principalmente por proteínas.

Además, alimentos como la carne roja, en ingestas moderadas, los mejillones y los berberechos tienen un elevado nivel de hierro, crucial para el transporte de oxígeno dentro de nuestro organismo y, en consecuencia, de gran importancia para garantizar un mejor rendimiento deportivo.

Agua: una buena hidratación es esencial para el funcionamiento de nuestro cuerpo, por lo que se debe ingerir agua durante todo el día para conseguir mantener los niveles de hidratación corporales dentro de unos márgenes adecuados.

Asimismo, es muy recomendable que el entrenamiento se realice entre una hora y media y dos horas después de la última comida, con objeto de que el ejercicio físico no afecte negativamente al proceso de digestión.

Del mismo modo, es recomendable evitar realizar nuestra rutina de carrera en ayunas, ya que puede tener efectos perjudiciales para nuestro organismo.

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