Historia del Open de Australia
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Este domingo termina el Open de Australia, el primero de los Grand Slam y uno de los más complicados para los españoles, sobre todo por la dureza de su superficie.
Este año Rafa Nadal no podrá optar al título, dado que se retiró en cuartos de final ante Marin Cilic por una lesión en la pierna derecha. El mallorquín se tendrá que conformar con mantener el honor de ser el único español en ganar el torneo en la tipología de individuales masculino en el año 2009. Desde entonces, además, ha disputado 3 finales en 2012, 2014 y 2016, que perdió ante Novak Djokovic, Stanislas Wawrinka y, de nuevo, Djokovic.
Españoles que han ganado el Open de Australia
El primer Grand Slam del año sigue siendo un terreno difícil para los españoles. Si en individuales masculino solo Nadal consiguió tal hazaña, en individuales femenino ninguna tenista española lo ha logrado.
Arantxa Sánchez-Vicario estuvo muy cerca, pero perdió en las finales de 1994 ante la mismísima Steffi Graff y en 1995 ante Mary Pierce. Conchita Martínez también tuvo su oportunidad en 1998, pero la sueca Martina Higgings fue inalcanzable para la española.
En dobles del Open de Australia sí hay mejor palmarés cuando participan tenistas españolas. Arantxa Sánchez-Vicario obtuvo el triunfo en 4 ocasiones.
Lo consiguió junto a Helena Suková en 1992, Jana Novotná en 1995, Chanda Rubin en 1996 y también en 1993 en la modalidad mixta con Todd Woodbridge de su lado. Además, Virginia Ruano también lo ganó junto a su compañera en dobles, la argentina Paola Suárez en 2004.
Curiosidades del pasado del Open de Australia
El campeonato de Australia comenzó a disputarse en 1905, pero todavía no había alcanzado el estatus de "Open/Abierto". Eso lo hizo en el año 1968, pero de forma muy diferente a como es hoy en día.
El Open de Australia comenzó jugándose en las pistas de hierba de Kooyong. En 1988, buscando una mayor afluencia de público y repercusión internacional, cambió la ubicación a la actual en Melbourne Park, lo que también supuso la sustitución de las pistas de hierba por la dura superficie de cemento.
A pesar de que se celebra en enero (o en el mes de diciembre en algunas ediciones), en Australia es temporada de verano. De hecho, el calor es el mayor enemigo de los tenistas, incluso por encima de la superficie de la pista o de la calidad de los rivales.
Con el fin de preservar la salud de los jugadores, el clima debe reunir unas condiciones de humedad y de temperatura para que se permita disputar partidos y, pese a ello, los encuentros en el Open de Australia son conocidos por su dureza y el desgaste de los jugadores.
