En el running no todos son piernas

08/03/2024
08/03/2024

Somos conscientes de que te insistimos demasiado en la importancia del resto del cuerpo a la hora de practicar running, sobre todo los principiantes ya que suelen centrarse en las piernas únicamente, y eso no llevará a la mejora, o por lo menos, no de forma adecuada.

No vamos a negarte que el tren inferior es la parte más implicada en el running, pero no por eso hay que dejar de lado el tren superior, donde los brazos juegan un papel muy importante aunque te pueda costar un poco creerlo.

Hay quién nace con el don o la capacidad de correr de forma adecuada. Esto, aunque te pueda sonar absurdo no lo es. Vale que correr básicamente sabe todo el mundo, pero hay quién tiene la capacidad de practicar running de forma más natural, con movimientos más adecuados que favorecen la marcha y, sin embargo, hay quien necesita depurar la técnica en distintas medidas para conseguir el resultado óptimo. Es aquí, donde entra mejorar la técnica de braceo para conseguir una adecuada técnica.

Si eres de los que no le dan a los brazos importancia alguna o no la que realmente merecen, párate un momento a pensar, ¿en qué intervienen los brazos? Pues son tan importantes debido a que son los responsables de proporcionarte equilibrio, impulso y además favorecen la dirección de la carrera. Si consigues controlar su oscilación y movimiento llegarás a optimizar el consumo de energía. Si no controlar los brazos, malgastarás energía porque el resto de tu cuerpo tenderá a contrarrestar el mal movimiento que estés realizando.

Para conseguir llevar un buen braceo debes de tener en cuenta varios detalles:

  • El movimiento de los brazos debe de estar sincronizado con la zancada pero de forma inversa, es decir, la pierna derecha irá acompañada del brazo izquierdo y viceversa.
  • Los brazos deben estar cercanos al cuerpo, pero lo dicho, cercanos, no es necesario que te vayas clavando los codos en las costillas.
  • Y por último, debes de intentar mantener un ángulo de 90 grados. nN te decimos que tengas que estar midiéndote la postura, pero intenta mantenerla así de forma aproximada.

Puede que al principio te parezca un poco complicado estar pendiente de tantos detalles, pero en cuanto consigas que te salga de forma natural notarás que tu rendimiento mejora de forma considerable. Como siempre, la mejor forma de poner la teoría en práctica es corriendo. Así que, cálzate tus zapatillas ¡y echa a correr!

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