Correr por la montaña más alta del planeta

Seguro que si te hablamos del pico más alto del planeta, con 8.848 metros, sabes perfectamente que te hablamos del Everest.

Coronar la cima de esta imponente montaña no es algo nuevo. El primer intento fue en 1922, aunque la primera vez que se consiguió fue en 1953 por los escaladores Tenzing Norgay y Edmund Hillary, de 39 y 34 años respectivamente.

Han pasado 64 años desde esa hazaña y desde entonces no se ha dejado de superar récords y de alcanzar sueños, pero lo que ha conseguido Kilian Jornet nos parece realmente espectacular. Este ultramaratoniano y montañero catalán, ha sido capaz de subir el Everest dos veces en solo seis días.

Su primer recorrido, que llevó a cabo entre el pasado 21 y  22 de este mes de mayo, sin ayuda de sherpas, ni oxígeno artificial y sin usar cuerdas fijas, a través de la cara norte, comenzó en el monasterio de Rongbuk, a unos 5.100 metros de altura. Ida y vuelta le llevo nada más y nada menos que 38 horas. Pero parece que esto le supo a poco, porque la madrugada del pasado lunes volvió a intentarlo (y conseguirlo) de nuevo, pero mejorando considerablemente su marca anterior. Desde el campo base (6.500 metros) y en un día con mucho viento, tardó sólo 17 horas en alcanzar la codiciada cumbre.

Pero esto no es solo una hazaña, ya que al haberlo conseguido y con tan buenos resultados, ha abierto una nueva puerta a la investigación sobre la aclimatación del cuerpo a la altura, ya que Jornet realizó este proceso en Noruega con la ayuda de un simulador: una tienda de hipoxia en la que se reproducen las condiciones de una determinada altura.

Con estos resultados, la aclimatación pretende extrapolarse a cualquiera, sin necesidad de poseer una condición física excepcional (como es el caso de Kilian Jornet). El hecho de poder ascender mucho más rápido también conlleva exponer al cuerpo durante menos tiempo a los problemas que presenta la altura, por lo que habrá que esperar nuevos resultados para saber si realmente reportará más pros que contras.

A la espera de conocer nuevos resultados nos quedamos con esta hazaña y con la esperanza de que semejante proeza pueda ser alcanzable por gente de a pie. Si te gusta la montaña, pero no eres Kilian Jornet, puedes ponerte tus zapatillas trail y disfrutar del senderismo a tu manera.