¿Cómo convertir la práctica del running en un hábito?

08/03/2024
08/03/2024

Como se ha comentado en anteriores posts publicados en este blog, los inicios en la práctica del running de forma periódica suelen ser bastante duros porque nos enfrentamos a nuestras limitaciones tanto físicas como psicológicas ante el esfuerzo que esta disciplina deportiva supone para nuestro cuerpo.

En este sentido, la fuerza de voluntad juega un papel esencial, como se trató de forma específica en la entrada publicada el pasado 13 de abril, con el título “La importancia de la fuerza de voluntad en el desarrollo del running”.

No obstante, la fuerza de voluntad no es suficiente, por sí sola, para que consigamos convertir nuestra rutina de entrenamiento en un hábito de vida, ya que el autoconvencimiento para el desarrollo de esta actividad deportiva deberá estar acompañado de otros aspectos que potencien nuestra disciplina respecto a la práctica del running, principalmente en aquellas situaciones en las que nos enfrentemos a un mayor estrés o cansancio diario.

En este sentido, a continuación se recogen las recomendaciones para convertir el running en un hábito más de nuestra vida diaria, expuestas por Charles Duhigg en su libro “The power of habit”:

  • Diseñar un plan de entrenamiento: según este autor, un hábito está compuesto por un conjunto de elementos clave (tiempo, lugar, compañía, música, etc.) y una rutina. Por tanto, es muy importante que conformes aquellos elementos que te harán sentir mayor comodidad en tu entrenamiento diario, en cuanto a horario, ruta, lista de música o si preferimos correr solos o acompañados, así como las recompensas que obtendremos si cumplimos nuestro objetivo.
  • Desarrollar la constancia: es muy aconsejable que diseñemos una rutina que nuestra mente y nuestro cuerpo asocien esa situación a la práctica del running, repitiéndola en cada ocasión que salgamos a correr. De este modo, conseguiremos crear conexiones neuronales que permitan convertir la actividad en un hábito.
  • Recompensarte de forma inmediata: dedica tiempo a ti mismo para realizar algo que te guste, inmediatamente después de terminar tu entrenamiento, con objeto de que tu sistema neuronal asocie la práctica del running con una recompensa positiva.
  • Construir tu propio sistema de apoyo: es bueno que en el diseño de tu rutina de entrenamiento integres actividades que contribuyan a que te sientas mejor, fomentando su cumplimiento diario, como por ejemplo decidir si quedamos con amigos para correr o realizar una selección de nuestra música favorita.

En resumen, convertir el running en un hábito constituye un elemento esencial para poder llegar a disfrutar con lo que estamos haciendo, ya que, tal y como comenta Duhigg, "una vez que el ejercicio se convierte en un hábito, se siente más fácil", dado que "cuando uno tiene ganas de hacerlo, no es necesaria demasiada fuerza de voluntad".

Motivación y hábito

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